En este artículo voy a centrarme en
algo que no había cuidado nunca hasta ahora con tanto detalle... A
veces uno se conforma con lo que tiene sin buscar nada más... Se
asumen como buenos unos resultados que pueden ser definitivamente
mejores, pero no lo sabemos porque no lo intentatmos... por no
probar.
Pero otras veces nos dá por intentar cosas nuevas y dejar que nuestro instinto nos guíe, con picardía... Pues de una de estas cosas va este artículo.
Voy a utilizar un par de ejemplos comparativos: Cuando cazas, la herramienta es el rifle o la escopeta, y te conviene llevarla cargada... Cuando lo que quieres hacer es correr carreras de coches, el elemento esencial es la herramienta que se emplea... el coche. Lo vemos desgraciadamente casi todos los años en la fórmula uno... si el coche no es lo suficientemente bueno, poco puede hacer el piloto.
Una de las cosas bonitas de la pesca es
que, en esto sí, con un material mediocre, casi básico, las
habilidades del pescador sí que pueden poner el resto y marcar las
diferencias con la competencia... Especialmente en una técnica tan
“táctica” como el carpfishing, aunque sólo compitamos con la
inteligencia y la picardía de una carpa vieja y resabiada. Y no, no
hablamos de suerte... yo creo que en la pesca la suerte no cuenta ni
más ni menos que en cualquier otro deporte... al final los buenos
pescan más casi siempre.
Pero vamos de nuevo a las carreras de coches: Lo que más diferencias marca, el caballo de batalla a igualdad del resto de elementos, es el punto de fricción: en el caso del automovilismo es el neumático, ya lo hemos visto también en la fórmula uno estos años...
Pues bien, para ir centrándonos: cuando el objetivo es capturar grandes ejemplares de carpa, el “armamento de guerra” de todo el material que usamos, el punto de fricción... han de ser los anzuelos.
Ya lo dice siempre el gran maestro y
guía de pesca en Mequinenza Claude Valette: Hay montones de picadas
que no notamos... Ante la duda, hay que poner un anzuelo nuevo lo más afilado posible siempre...
¿Y porqué no ir más allá? El
afilado de los anzuelos de carpfishing en general es químico o hecho
a máquina... Suelen ser casi todos excelentes, aunque como en
botica, te encuentras de todo.
Hace poco en el taller de mi mecánico
descubrí como el hombre se dedicaba a afilar una por una todas sus
brocas antes de usarlas... incluso si eran nuevas. El caso es que si
tenemos algo de interés por el tema cuchillería, aceros y afilado,
pronto descubriremos que como un buen afilado hecho a mano
cuidadosamente, no hay máquina ni química que afile... Pasa con “la
albaceteña”, pero por ejemplo también como digo con las brocas
para taladrar. Hay un nivel de detalle que, en este asunto, las
máquinas normales no han conseguido alcanzar, y nuestras manos sí
pueden...
Y llegamos a donde yo os quería
llevar: ¿Podemos afilar con nuestras manos mucho mejor unos anzuelos
que ya de por sí lo son?
La respuesta es sí: Viene siendo una
moda últimamente en los vídeos y las tiendas de pesca inglesas el
afilar los anzuelos y ofrecer material específico para el afilado
por parte de las marcas más selectas. Así que veamos un poco la
técnica que he aprendido curioseando por ahí y dejadme ofreceros
algunos consejos.
Primero debo comentar que aunque no lo
parezca nuestros anzuelos no están para nada lo afilados que
podrían... confiad en esto del afilado de anzuelos porque los
resutados son brutales, pero sólo podréis experimentarlo al “rozar”
cuidadosamente vuestra piel con un anzuelo de la mejor calidad sin
afilar y ése mismo una vez “repasado”... la “vocación por
encarnarse” que tiene uno afilado no hay manera de que la consigas
con un anzuelo comercial que yo haya visto. Tened fe.
Empecemos con el material: Necesitaremos obviamente una lima pequeña o piedra de afilar con forma alargada. No es necesario que sea especialmente diseñada para anzuelos, pero las hay... Ni tampoco podremos afilar anzuelos con una lima de uñas de la novia o un papel de lija, no porque no afilen, que sí... sino porque resultará mucho menos duradero, y necesitamos que el proceso sea “estable” para poder aprender y mejorar nuestra técnica en lo posible. De modo que al menos ha de ser una lima metálica, o mejor aún cerámica, de grano lo más fino posible... Por otro lado será de una enorme ayuda utilizar algo que nos sujete firmemente el anzuelo y nos permita manipularlo... Yo he usado con exito el cabezal de un torno para montaje de moscas, de los baratos, que lo tenía rodando por un cajón...
La otra opción es algo más cara:
podemos comprar la sujección y las limas en “kit”. No sé si lo
ofrecen otras marcas pero el que a todas luces apareció primero, y
creo que es excelente, es el de JAG, que por cierto es una marca
británica de picas y trípodes que parece trabajar el acero con
auténtica exquisitez. Se puede comprar online en tiendas británicas e incluye hasta una lupa para ver con detalle cómo va quedando nuestro filo...
Ahora vamos con la técnica: Sujeto el
anzuelo en el soporte que sea, lo colocamos en nuestra izquierda y
tomamos la lima con la derecha (Para el zurdo es lo contrario)
pasaremos la lima suavemente y siempre en la misma dirección, desde
la curva hasta la punta del anzuelo. ¿Que partes se han de afilar?
Trataré de explicarlo con una figura:
Nunca debemos intentar afilar el lado donde se encuentra la “muerte” del anzuelo, lo que viene a ser el interior de la curva (más abajo explico el motivo...) y que corresponde a la parte inferior del dibujo. Se puede hacer en otro orden, pero yo os recomendaría que las primeras pasadas de la lima, unas 10 o 15 veces, las demos justo por el exterior de la curva del anzuelo (1). Con muchos anzuelos bastará con esto para que queden con el "afilado criminal" que buscamos... Pero en algunos casos tendremos que despues limar igualmente y en el mismo sentido los dos laterales (2 y 3)... Finalmente, retirando cualquier impureza con el dedo (cuidado que ahora pincha mucho más), podemos tambien intentar pasar suavemente la lima un par de veces por las dos aristas que habrán quedado, con idea de redondearlas levemente.
Por si no me he sido capaz de superar el reto de explicarlo con palabras, fotos y dibujos, en estos vídeos en inglés podréis ver a expertos pescadores aplicando la mecánica.
El primero es el gran Jim Shelley de nuevo, utilizando sólo sus manos y una lima normal y corriente (aunque se guarda el secreto de cuál sea su grano...)
El segundo es una guía de uso del sistema de JAG... pero resulta igualmente ilustrativo. Aparte de que es una gozada usarlo (si, lo reconozco, soy una niña pija irremediable)
Como habréis notado, esto ahora se clava muchísimo más facilmente y por tanto las posibilidades de perder una picada “por rechazo” se reducen mucho. El pinchazo inicial que hace que el “gancho” del anzuelo funcione queda mucho más asegurado a nada que el anzuelo encuentre carne.
Como precaución, desde luego yo sólo afilo los anzuelos de buen tamaño (del 4 en adelante) y grosor, los más finos podemos debilitarlos con este proceso y requerirán un trabajo más delicado. Pero igualmente creo que no debemos tener miedo de desgarrar la boca del pez durante la lucha por el hecho de que el anzuelo esté más afilado, puesto que lo que lo “sujeta” en este momento es el interior de la curva y la punta, y esta zona permanece inalterada... Por eso el interior del anzuelo no lo tocamos nunca, lo necesitamos intacto.
El inconveniente es que esto no vale para todos los tipos de sesiones de carpfishing: la capa de metal que retiramos de la punta de nuestro anzuelo deja al descubierto metal “bruto” sin tratamientos ni anodizados... por lo tanto estos anzuelos afilados se van a oxidar por la punta más rápido de lo normal, aunque sea de un modo inicialmente imperceptible... Lo recomendable es por tanto hacer el afilado justo antes de utilizarlos, en la misma orilla, para minimizar este efecto... Del mismo modo, no será una técnica válida para sesiones muy largas en las que planteemos el dejar las cañas plantadas en un spot por larguísimos periodos de tiempo o en las que las aguas a pescar sean especialmente ácidas (minas de carbón a cielo abierto inundadas, etc.): En estos casos la acidez del agua, que tan bien nos viene para incrementar el apetito y el tamaño de las carpas, va a destruir el metal más rápidamente y precisamente lo que conseguiremos es un efecto contrario, anzuelos menos afilados... Los anzuelos afilados serán por tanto perfectos para maximizar la eficacia de nuestros montajes en sesiones cortas o incluso en competición, teniendo siempre presente la necesidad de cambiarlos cada cierto tiempo.
Por cierto, que acabada la sesión, estos anzuelos se deben depositar convenientemente en la basura... Nada de reutilizar los mismísimos anzuelos con los que sacamos dos de las gordas aquella tarde de hace dos años... esos mejor dejarlos de recuerdo.
Probadlo y me contáis...
A.
A.
2 comentarios:
Hola donde y por cuanto conseguiste el set de jag ?
www.tacklebox.co.uk, por su puesto... La biblia... El altar en que nos postramos los ateos...
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