domingo, 18 de agosto de 2013

UNA DE PLOMOS, CAMARERO!

Lo malo de las compras de pesca es que tendemos a la locura consumista... a comprar lo que no necesitamos por caro que sea... Lo bueno es que a veces encuentras personas como Kire Fotevski, un joven pescador macedonio que en sus ratos libres elabora plomos y señuelos de pesca con una habilidad asombrosa.


Estas cosas, que yo llamo "de artesanía", si encima están bien hechas merecen todos nuestros respetos... y el esfuerzo de comprarlas. Sobre todo si están a precios tan convenientes como los de Kire.


Yo de momento me he aprovisionado con él de plomos para una buena temporada...


Me he pillado también un par de señuelitos de los que él elabora para la pesca del cacho, que a fé que son eficaces: El otro día tiré uno (el de arriba del todo, en la foto), casi con desgana, en un embarcadero de un restaurante donde estábamos, no precisamente para pescar... La idea era probar principalmente las distancias de lance de estas cositas chicas con mi caña nueva, pero salió un cachito de debajo de una de las barcas de inmediato y "zas", pillado... Era chico, pero era mi primer cacho a spinning, lástima que fuese sin cámara.


Encima de todo, Kire elabora lanzaboilies tipo "cobra" caseros de PVC que van de lujo para los 5 euros que cuestan...y no se perderán con ése color, no...


Para colmo, Kire hace encargos "a medida", como estos complicados plomos planos que distribuyó en su momento Prowess y ahora están tristemente descatalogados, y que me van de miedo para pescar en fondos cenagosos. 


Bueno, pues me pido otra ronda de plomos, camarero: le dí una muestra al chaval, de los dos o tres que me quedaban, en uno de ésos típicos retos de "no hay coj..." que se hacen con la seguridad de que precisamente coj... sobran, y vuelvo a estar surtidito de mis plomos favoritos de fango y cieno... ¡qué crack! Doy fé de que no era un molde sencillo por los cuatro relieves y la forma tan plana, pero lo ha clavado, y como es de bien nacidos... ¡Gracias Kire!



Lo malo de todo esto de pedir tantas rondas es la borrachera: Mi bolsa de plomos, aquí debajo presente, ha alcanzado la peligrosa cifra de los 10 kilos y puede reventar en cualquier momento por las cremalleras. La locura consumista de la que hablaba...



De modo que si alguien quiere algún día pasarse a pescar conmigo, que ya no sé cómo invitaros, no os traigais plomos, para qué...

A

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