Hoy voy a aprovecharme del último de los fenomenales montajes de diapositivas del maestro Mostachón, al que no sé qué decirle ya en agradecimiento, para rememorar uno de los artículos que escribí en su momento para la Revista Carpfishing Webcarp.
Mostachón hizo algunas explicaciones sobre las técnicas de lance en base a su experiencia. Yo por el contrario me aproveché de la amistad que tengo con Bruno Martí para "asaltarle" la nave de Salper cámara en ristre y explicar algo de técnica de lance... Pero para mejorar el artículo, esta entrada tiene muchos recursos del tipo enlaces, vídeos, etc. espero que os sirva.
A.
Mostachón hizo algunas explicaciones sobre las técnicas de lance en base a su experiencia. Yo por el contrario me aproveché de la amistad que tengo con Bruno Martí para "asaltarle" la nave de Salper cámara en ristre y explicar algo de técnica de lance... Pero para mejorar el artículo, esta entrada tiene muchos recursos del tipo enlaces, vídeos, etc. espero que os sirva.
Técnicas de lance en el
Carpfishing.
Ser un
fanático del carpfishing que proviene del mundo del surf casting me
ha llevado muchas veces a preocuparme por las técnicas de lance, ya
que es en la playa donde esos metros de más pueden marcar la
diferencia entre las capturas y el “bolo”… En la pesca de la
Carpa a veces puede suceder algo similar: Especialmente en lugares
como los grandes embalses españoles, el ser capaz de lanzar un poco
más allá puede reportarnos muchas veces grandes beneficios… Poder
lanzar lejos nos permitirá muchas veces obtener capturas mientras
que el resto no lo consigue, simplemente porque ellos no pueden
alcanzar el lugar donde están los peces comiendo, sus técnicas de
lance no les permiten lograr grandes distancias. En este artículo
trato de resumir algunos puntos importantes que pueden ayudarnos a
aumentar nuestra distancia de lanzado.
Sería
estúpido empezar por proponer objetivos del tipo “si haces esto
inmediatamente vas a conseguir 20 metros más…”, pero al menos
creo que es interesante que sepamos el porqué de las cosas: Lo
básico todos los pescadores lo tenemos más o menos asumido, y de lo
que se trata es de mejorar y comprender la respuesta a preguntas como
¿Porqué ése compañero de allí llega con el cohete cebador donde
yo no podría lanzar mi boilie en mi vida? Me remito al último
mundial y los comentarios que hicieron algunos miembros de nuestra
selección nacional: Lanzar lejos puede marcar la diferencia,
especialmente en competición, pero sobre todo en la pesca no
competitiva nos puede permitir llegar a la orilla contraria de ése
río que tenemos cebada, poner nuestro cebo entre los peces… Porque
no sólo es esencial localizar los peces, luego es esencial alcanzar
el sitio donde comen las carpas con nuestro plomo y anzuelo...
Un mal
necesario:
Para empezar
con un artículo sobre técnicas de lance, conviene hacer algunas
precisiones contrarias al “lance”. Lanzar nuestro cebo con la
caña tiene que ser un mal necesario: Esto puede sonar
contraproducente, pero hay que dejar muy claro que no hay nada,
repito, nada que alcance mayor distancia, ni más preciso y exacto
que sacar las líneas con barca o con barco cebador a control remoto.
En lugares de pesca extrema repletos de obstáculos, será
indispensable el uso de barca. Pero es que usando estas
“herramientas”, tanto las distancias más imposibles como la
precisión más absoluta están a nuestro alcance… Siempre que se
puedan usar estos otros medios, por tanto, lo mejor es olvidarnos de
lanzar.
Pero hay
lugares y momentos, la competición es el mejor de los casos, en que
no es viable otro modo de sacar líneas, y tenemos que lanzar. Para
esos momentos, espero que si seguís leyendo os pueda ayudar en algo:
El lance es a mi modo de ver el punto técnico crucial de la pesca,
como el tiro en la caza o el saque en el tenis; por lo tanto es
esencial que le prestemos la mayor atención posible.
La
técnica, el equipo y “lo otro”:
En el lance
influyen básicamente tres tipos de factores: La técnica, el equipo
y “lo otro”… Este artículo va a desgranar básicamente algunas
cuestiones técnicas, pero merece la pena que entremos en el resto de
aspectos, que habrán de ser tenidos siempre en cuenta por el
pescador.
El
equipo:
El equipo es
esencial: Principalmente nos será de enorme ayuda una caña de
carbono de calidad. Respecto del tipo de caña, podemos discutir
muchísimo, la cosa da para otro artículo y mil opiniones, pero la
clave es simple: Cada cual debe pescar, y lanzar, con lo que mejor se
le adapte y con lo que más cómodo se sienta.
En general,
podemos estar seguros porque los fabricantes así lo han previsto,
las cañas de acción en punta (o acción rápida) son las que más
reserva de potencia tienen y más metros pueden conseguir, ya que
imprimen más potencia al plomo con el “latigazo”. Pero ojo, “la
potencia sin control no sirve de nada”: Las cañas de acción en
punta son las más difíciles de “cargar” y si nuestra técnica
de lance no es depurada, con toda seguridad conseguiremos mejores
resultados con una caña más “blanda” y por tanto fácil de
“exprimir” al máximo… En estos casos la mejor elección puede
ser una de las muchas cañas semi-parabólicas que la mayoría de
fabricantes ponen a nuestro alcance, dejando las cañas de acción en
punta para los lanzadores expertos.
Libras
(test-curve en inglés) y acción habrán de ser tenidas en cuenta, y
ojo que no son lo mismo: Las libras de una caña miden el peso
necesario para doblarla 90 grados desde el mango hasta la punta
cuando el mango se sostiene de manera horizontal, pero esto, aunque
muchos pescadores piensen lo contrario, no es un indicador de la
capacidad de lanzado ya que, aunque en principio las cañas de más
libras (3,5) deben ser más rígidas, no todas “se doblan” de la
misma manera (no tienen la misma acción). Será nuevo lo esencial
que la caña se adapte a nuestro modo de pesca, que esté todo a
nuestro gusto, pero si lo que pretendemos es lanzar, definitivamente
debemos fijarnos más en la acción que en las libras.
Si somos
incluso más afinados, además de libras y acción habrá que tener
en cuenta el “carácter” de la caña; el carácter de una caña
está muy afectado por sus libras y su acción, pero influyen otras
cosas como el tipo de trenzado en el carbono, la posición y el
número de anillas, el numero de segmentos de la caña, la posición
del porta-carretes, etc.
Otro punto
esencial a tener en cuenta es la “talla” de la caña, con lo que
me refiero a la distancia entre el porta-carretes y el mango… Y
ésta de nuevo deberá ser adecuada a nuestra “amplitud de brazos y
espalda”. Si el lector es, como el que escribe, un “armario
ropero”, debería estar algo más cómodo con una distancia algo
mayor en este punto… pero lo principal de nuevo es que estemos
cómodos…
Siguiendo
con el equipo, pasemos al carrete: Cuando todas las condiciones sean
las adecuadas, será necesario, para lanzar más, un carrete de
bobina fija de buen tamaño como los empleados para surf casting ya
que estos, al ser más grandes, dejan que la línea salga con más
suavidad y menos “rizo” por sus bordes; pero vea el lector que
dije “cuando todas las condiciones sean las adecuadas”, y es que
considero que lo más importante es hacer que el conjunto
caña-carrete sea equilibrado: No tiene ningún sentido a la hora del
lance que utilicemos un enorme carrete “big pit” de los usados en
surf casting (tipo Shimano Ultegra) con una caña 3G (corta) de 10
pies y parabólica. Por tanto lo principal será buscar un buen
equilibrio, y hay carretes no muy grandes (como por ejemplo los Fox
en tamaño 10000) que han demostrado ser excelentes lanzadores cuando
están bien conjuntados con su caña.
Las
fricciones:
Y ahora el
“quid” de la cuestión en cuanto al equipo: El rozamiento.
Tendremos que cuidar muchísimo las distintas fricciones que todo el
conjunto crea, y podemos distinguir dos puntos esenciales de ”roce”:
El primero que se produce es el roce de la línea con las anillas, en
suavizarlo nos ayudará enormemente el uso de diámetros de línea lo
más bajos posibles (pero sin romper al lanzar o al trabajar un pez)
y un anillado de buena calidad; El segundo punto de roce, y el más
importante a mi juicio, será la aerodinámica del conjunto en vuelo
hacia su objetivo, para mejorarla emplearemos cebos lo más pequeños
posibles, montajes finos que se agiten lo menos posible en el aire,
plomos con forma de “bala” de un peso adecuado a la caña (un plomo con forma de bola o pera de
50 gr. en una caña de 3,5 libras de acción en punta carece de
sentido para lanzar, porque no podrá explotar la potencia de la
vara…). Es importante que el cebo no “baile” en el aire
mientras vuele hacia su objetivo, porque evidentemente resultará muy
anti aerodinámico y acortará el lance. Podemos usar PVA para
sujetar el cebo a la línea, con el inconveniente de que quedará
probablemente pegado a ella en el fondo, hasta que el PVA se
disuelva, por ello creo que lo mejor es de nuevo recurrir al surf
casting, donde está extendido el uso de los “bait clips”. Estos
últimos son unos pequeños “ganchos” de plástico que se colocan
sobre el plomo en la línea madre y al que se engancha nuestro
anzuelo de modo que el bajo quede “tenso” (se puede regular su
distancia del plomo) y no se mueva demasiado al lanzarlo. En el
momento en que el plomo toque el agua, la presión hará que se
destense la línea madre, desenganchando el anzuelo de ella y dejando
nuestro cebo libre y cayendo al fondo en una posición perfecta.
Lo
“otro”:
Tras las
precisiones sobre el equipo, llegamos a la principal dificultad
didáctica de este artículo: Cuando hablo de “lo otro”, me
refiero al componente anímico del lance, el efecto mariposa; algo
que es difícil de definir y más difícil aún de demostrar: Pero
esta estadísticamente probado que, después de romper una línea al
lanzar, se lanza peor durante cierta cantidad de lances y tiempo, que
es lo que tardaremos en recuperar la confianza. Y hablando de
confianza, nada más importante que tener confianza y encontrarnos
cómodos con nuestro equipo y la técnica que usemos: Llevar mucho
tiempo sin practicar, utilizar una caña nueva o prestada que
desconocemos, cambiar la marca de nuestra línea favorita o el
carrete… por mucha calidad que estos nuevos componentes tengan,
indudablemente van a afectar negativamente a nuestra capacidad de
ganar metros al lanzar. De hecho, hay pescadores de competición de
surf casting que me han confesado que problemas laborales o
domésticos les afectan al lanzar, o que incluso para lanzar “bien
de verdad” necesitan estar un punto “cabreados” durante la
competición, necesitan tener “nervio”… Tenemos que tener en
cuenta que todo influye, incluso el tiempo y la altitud (en serio…).
El punto
donde el equipo y “lo otro” convergen para darnos esa confianza
extra puede ser el llamado “shock leader”. Muchos compañeros de
pesca utilizan un terminal de mayor diámetro para evitar roturas al
lanzar; aunque con una adecuada técnica de lance no tiene porqué
ser necesario, incluso con diámetros inferiores al 0.25, este
terminal nos da la suficiente confianza para “forzar” el equipo.
En este sentido, aunque no son muy usados en el carpfishing,
permítame el lector recomendarles los terminales cónicos, o “colas
de rata”, que también se utilizan en surf casting: Se trata de un
nylon que comienza en un grosor superior al 0.50 por un extremo, pero
que baja gradualmente de grosor hasta alrededor del 0.20.
Evidentemente a los carpistas nos conviene recortar estos terminales
por su parte más fina, ya que utilizamos normalmente grosores de
línea en torno al 0.30, pero os puedo asegurar que su eficacia es
excelente y la calidad del nudo mejora mucho al ser ambos cabos a
anudar de similar diámetro. Por cierto, que acaban de salir al
mercado (ver foto) terminales cónicos especiales para carpfishing,
que terminan en grosores más adecuados a nuestra disciplina (0,30).
También nos
puede otorgar confianza para perder el miedo a cortarnos con la línea
(especialmente si lanzamos con trenzados) el uso de un guante o dedil
de lance, aunque esto también nos puede restar “sensibilidad”…
es cuestión de gustos. Todo suma para lanzar mejor: cualquier cosa
que ayude a mantener la confianza, aunque se trate de un amuleto,
será bueno.
Pero
suponiendo que estos dos factores (el equipo y “lo otro”) estén
“bajo control”, el resto de los metros que conseguiremos al
lanzar van a venir dados exclusivamente por la técnica que usemos.
Así que vamos a empezar a lanzar… Ideas.
Lance
sobre la cabeza:
Empecemos
por el lance que todos practicamos desde nuestros comienzos. En el
cual balanceamos la caña sobre nuestra cabeza para disparar el
plomo.
He notado
que el principal de los problemas de lance entre la mayoría de los
pescadores es la técnica utilizada y, muy especialmente, el lugar en
que posicionan el plomo respecto de la caña a la hora de lanzar:
Mucha gente coloca el plomo demasiado cerca de la puntera de la caña,
lo cual les resta distancia ya que no pueden imprimir la suficiente
presión a la caña. Una distancia más larga entre el plomo y la
puntera, algo cercano a la mitad de la caña, cerca de la unión de
ambas espigas puede ser un buen punto de partida para ganar esos
metros más. Recordemos que nuestro principal problema a la hora de
utilizar una técnica u otra es el de lograr comprimir las fibras de
nuestra vara al máximo posible. En este sentido, quiero recordar al
lector de nuevo el tema de la confianza: Las cañas resisten
muchísimo más de lo que pensamos, muy probablemente mucha más
fuerza que la que somos capaces de desarrollar, están pensadas para
ello, de modo que solo podremos “romperlas” con una técnica muy
errónea, un golpe con alguna piedra que rompa las sensibles fibras
de carbono, etc. Recuerdo cuando en mis tiempos de pesca en playa aún
tenía unas cañas de fibra de vidrio… Me moría por conseguirme
unas de carbono y decidí que la mejor “excusa” era romper mi
caña. Le puse un plomo exagerado que nunca había usado y lancé con
toda mi “mala uva”, consiguiendo el que probablemente ha sido el
lance más largo de mi vida (con el que saqué una pequeña baila de
poco más de medio kilo). Creo que fue aquella vez cuando me di
verdadera cuenta de lo mucho que resiste el material.
Pero vamos
con la técnica, hagamos como si esto fuese un ensayo de baile y
empecemos por el clásico lance sobre la cabeza: ponga el lector su
pié izquierdo adelante y mirando al frente (hacia donde queremos
lanzar), mientras tanto, ponemos el derecho detrás y en dirección
perpendicular al lance, no demasiado separados, manteniendo una
postura natural y cómoda; respecto a las piernas, la izquierda de
momento casi completamente recta y pierna derecha ligeramente doblada
y soportando todo el peso del cuerpo.
Para sujetar
la caña, con el pick up del carrete abierto y con la línea
pellizcada con nuestro dedo índice sobre la caña, mantengamos los
dos brazos rectos sobre nuestra cabeza en un ángulo de alrededor de
45 grados respecto al suelo; procuramos que el plomo no toque el
suelo ya que, mientras el plomo esté en el suelo, no estará
“cargando” la caña.
Mientras la
mano derecha pasa por encima de la cabeza para lanzar, empujando la
caña, es muy importante, casi esencial, que nuestra mano izquierda a
la vez tire con fuerza de la vara hacia nuestro pecho, procurando
estirar el brazo hacia abajo para poner la mayor potencia posible al
lance… Por su puesto, toda esta técnica será viceversa si somos
zurdos…
El juego de
pies será sencillo, casi sin moverlos, simplemente trasladaremos el
peso del cuerpo de la pierna derecha a la izquierda, finalizando con
las piernas totalmente estiradas y la caña lo más alta posible.
A muchos pescadores les ayuda bastante
caminar hacia adelante a la vez que ejecutan este lance sobre la
cabeza, pero el movimiento final, que es el que “carga” la caña,
será idéntico.
Un tema
esencial será ahora conseguir cierta “puntería”: para que la
dirección de nuestro lance sea la correcta tendremos que mantener
nuestros brazos lo más derechos posible y en la dirección al lance
mientras “tiramos” de la caña hacia nuestro pecho. Esto hará
que nuestro plomo vuele recto en dirección al objetivo. Si nuestro
brazo izquierdo baja hacia el pecho en dirección hacia un lateral,
entonces lo más probable es que perdamos precisión y “puntería”;
aunque algunos pescadores controlan y compensan perfectamente esta
“deriva lateral” y logran lanzar en dirección correcta, lo más
sencillo es procurar mover los brazos rectos en dirección al
objetivo. Para algunos pescadores también es muy importante no
perder de vista un punto de referencia de la orilla contraria que nos
marque la dirección del lance. No estará de más tampoco que en el
momento de lanzar comprobemos que lo podemos hacer con confianza, que
no hay obstáculos (¡O PERSONAS!) donde podamos golpear o enganchar
al lanzar y, una vez tenemos vía libre, nos olvidemos del plomo
manteniendo la vista fija hacia donde lo queremos “poner”. El
lance será de este modo lo más lejos posible y en la dirección
correcta.
Y ahora
vamos a uno de los puntos más delicados: ¿cuándo levantar el dedo
para soltar la línea? La teoría de la física dicta que el ángulo
ideal en que debiera salir el plomo para maximizar la distancia es
cercano a los 45 grados… Todo es discutible, pero es esencial que
el plomo gane cierta altura para conseguir metros, y en la mayoría
de los casos el pescador “siente” en qué momento debe liberar la
línea, que normalmente debe coincidir con la máxima presión sobre
las fibras de la caña y será cercano a este ángulo. De este modo,
lo esencial para nosotros en principio es que el plomo no vuele muy
raso ni con demasiada parábola.
Un punto que
también solemos descuidar muchos pescadores de carpas es el de
mantener alta la caña: tras salir disparado nuestro plomo,
trataremos de tenerla lo más alta y quieta posible para reducir el
rozamiento, en dirección al lance, al menos hasta que el plomo caiga
al agua destensando la línea.
Lo crean o no, ejecutando todos estos
pasos correctamente debemos maximizar nuestra capacidad de lance.
El material
de los bajos está pensado para que, una vez lleguen al agua, bajo y
cebo se separen del plomo, ya que se sumergirían teóricamente más
lentos, de modo que podemos estar seguros de que nuestro cebo de
anzuelo no caerá sobre nuestro plomo o anti enredos, el bajo estará
estirado y sin nudos en medio de nuestro cebadero.
Rizando
el rizo:
Hasta aquí
lo que podemos hacer utilizando el sistema de lance “habitual” o
“natural” con el equipo de carpfishing “normal”… Pero a
veces se ponen las cosas radicales y extremas, y en estos casos
deberemos tener presentes la existencia de determinados recursos y
posibilidades que nos pueden ayudar.
Desgraciadamente,
cuando las cosas se ponen “extremas” y hace falta lanzar ahí
“donde Cristo perdió la sandalia”, no se puede hacer nada para
potenciar la confianza que no sea lanzar mucho y entrenar el lance…
Pero en todo lo que supone el equipo y la técnica, si que podemos
poner “más madera”.
En cuanto al
equipo: Las cañas más lanzadoras son en general más largas que las
que usamos en carpfishing, entre 4,20 y 4,50 (14 y 15 pies) son las
que se usan en el surf casting con el carrete más distanciado del
talón para aumentar la “palanca”. Respecto al anillado, existen
excelentes anillas de material cerámico que pueden eliminar una
parte del rozamiento, en especial las de la marca Fuji… Se puede
bajar el diámetro de la línea madre radicalmente para reducir el
roce: no me parece descabellado pescar en competición con un 0.25, o
incluso menos, que junto con el uso de líneas cónicas sin nudos, o
de los llamados “shock leaders”, nos permitirán arañar unos
cuantos metros más al campo de pesca, lanzando con plomos de incluso
más de 150 gr. Otros metros más se pueden arañar lubricando la
línea con alguna de las sustancias que se comercializan para ello:
se trata de un bote dosificador con el que pondremos algunas gotas en
la bobina justo antes del lance, lo que suavizará la fricción.
Puestos a arañar, y casi a título informativo porque no creo que
estemos casi ninguno en condiciones de usarlos, por su complejidad,
los lances más bestiales se consiguen con carretes de bobina
giratoria (como los de casting) con los frenos modificados, ya que la
línea saldrá del carrete recta y sin “bucles” disminuyendo el
rozamiento.
En cuanto a
la técnica, existen varias evoluciones en el estilo de lance, todas
ellas basadas en la técnica básica ya explicada. Es complicado usar
estas técnicas en el carpfishing, ya que no gozamos siempre de un
espacio diáfano tan amplio como una playa, pero destacaremos dos
técnicas: el lance “a la catalana” o “a la media vuelta” y
el lance “pendular”. En ambos casos se procura aumentar la
distancia que ha de recorrer el plomo para incrementar la carga o la
presión ejercida sobre la caña, apurando al máximo las
posibilidades del material.
En el lance
a la media vuelta, la postura inicial es idéntica, pero tanto los
pies como la caña se sitúan perpendiculares al lugar de lance
(paralelos a la orilla) con la caña más baja y el plomo en el
suelo: la idea es que, en un movimiento continuo del plomo a ras del
suelo, nuestro pie derecho dará un paso atrás (en dirección
contraria a la orilla) para quedar en la posición inicial del lance
sobre la cabeza y ejecutarlo seguidamente tal y como se explica más
arriba. El plomo recorre más distancia y por tanto la fuerza
centrífuga y la presión sobre la caña es mayor. Evidentemente
serán muchos los ensayos y errores necesarios para perfeccionar esta
técnica, sobre todo para evitar que hagamos alguna “parada” en
el movimiento y para conseguir precisión en la dirección en que
lanzamos, pero ciertamente es una técnica bastante accesible y se
pueden aumentar bastante los metros de distancia.
En cualquier caso, como digo, en el
espacio de un ring de competición no creo que sea fácil ejecutar
este movimiento.
En cuanto al
lance “pendular”, la cosa se complica y no muchos son capaces (yo
confieso que nunca lo he logrado, por ello no me extenderé). La idea
es que, situados de espaldas a la orilla y aumentando la distancia
entre la puntera de la caña y el plomo, moveremos el plomo como si
de un péndulo se tratase con la mayor amplitud que podamos, para
iniciar el lance en el momento justo en que el plomo se encuentra más
cerca de nosotros. En ése preciso instante nos giraremos
violentamente realizando el lance tal y como ya hemos explicado. La
distancia que el plomo recorrerá también será mayor aumentando la
carga. La dificultad radica en que todo el movimiento tiene que ser
perfecto y coordinado, el mínimo error significa línea rota o lance
corto y desviado.
Espero que
estas líneas os hayan servido para que, si no conseguís lanzar más
lejos, podáis al menos localizar posibles errores de vuestra técnica
para, poco a poco, con el tiempo, con mucho ensayo y tras unos
cuantos plomos perdidos, podáis poner vuestro montaje ahí donde
están las carpas esperándolo.
Si aprendéis a lanzar con este artículo, significa que sois pacientes lectores.
Si estáis en la orilla de enfrente algún día, avisadme no me vaya a llevar un plomazo...
A.
5 comentarios:
Buen artículo! Más razón que un santo!
Gracias
Buen artículo! Más razón que un santo!
Gracias
Gracias.
Está escrito hace más de tres años... cómo pasa el tiempo...
Ya verás lo que acabo de encontrar en internet y que publicaré en una entrada pronto... Un lanzamiento "criminal" de verdad...
A.
Oro puro!! Muchas gracias por el articulo, aunque hace tiempo, pero a mi me ha sabido a gloria, como el buen queso!.....gracias y un saludo.
Gracias señor... Tu comentario me sirve para releerlo... Merecería alguna corrección y repaso... Éste año tengo que volver a pescar... Y escribir.
Publicar un comentario